Erase una vez un niño que de pequeño, y ahora de grande le daba y le da golosinas pero lo raro era que sus dientes no se estropeaban. Era un poco poeta pero el decía que no lo era lo suficiente para obtener ningún titulo. Un día le entro gana de leer pero no podía leer por que no tenia ningún libro pero de pronto una hoja de árbol se metió en su cuarto. Por su superficie se movía un gusanillo, como interesado en estudiar la hoja. Mientras esta ocupado mirando la hoja recibió la visita de la tía Mille, la tía dolor de muelas la llamaban asi por que de pequeña sufrió un dolor de muelas. Su amigo el cervecero Rasmussen, hombre muy chistoso, la llamaba Tía Dolor de Muelas.
ANDREA
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