Érase una vez un jardín lleno de rosas, todas de ellas eran hermosas. El sol, el rocío y el rosal dijeron que eran sus hijas, porque todos habían participado en algo de su belleza. El rosal dijo que una de ellas sería la más feliz de todas. De repente llegó el viento y dijo que él sabría quien sería la más feliz de todas, porque él se mete por cualquier sitio y puede ver todo. El viento puso en marcha su misión e investigó a la primera rosa de todas. A esta primera la cogió una mujer que se le había muerto la hija y se la llevó para ponérsela en el pecho de la muerta. Entonces la rosa pensó que ella sería la más feliz. La segunda rosa fue cogida por la mujer escardadera, que la puso junto a otras rosas y ésta rosa pensó que sería la más feliz de todas. La tercera rosa fue arrancada por un pintor que de ella pintó lo más hermoso. Ésta pensó ser la más feliz. La cuarta rosa fue cogida por un poeta que de ella escribió un poema. La quinta y última rosa estaba escondida entre las otras, nadie la cogía porque tenía el tallo torcido y un hoja verde dentro de ella que estaba deformada. Al viento le dio mucha lástima. Después de un rato se posó una mariposa en la rosa que le besó un pétalo. Luego vino un saltamontes que cuando vio a la rosa se frotó la pata, que eso significaba que se había enamorado de ella. La rosa le dejó marchar. A continuación entraron 2 fumadores y cortaron la rosa. La llevaron a una fiesta donde resplandecía. La pusieron en un vaso de agua. Con el ritmo de la música la rosa cayó al suelo y fue a parar a un tramoyista. El tramoyista se la llevó a una anciana y esta anciana se la puso enfrente y estuvo todo el día mirándola y decía que era la más hermosa. La última rosa pensó que por estas cualidades sería la más feliz, y porque ha sobrevido es la hija del sol, el rocío y el rosal.
Leticia.
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